Catarsis escrita.
La falta de límites, la codependencia, los excesos y la irresponsabilidad fueron mis compañeros de vida durante algunos años. Rayando en la locura, sin saber en que momento había llegado a tal punto, me costaba reconocer aquellos ojos negros frente al espejo.
No había más risas, sueños, curiosidad, danza, ni propósito en la vida, la luz de mi esencia se había apagado por completo, fue la crisis de identidad más grande que había experimentado jamás.
Difícilmente algo bueno llegaría a mi con ese enorme vacío emocional y atraje a mi vida el reflejo de lo que yo era en ese momento, desde mi carencia afectiva el caos se hizo notar y con la mente agobiada, comencé a enfermar.
Hoy de vuelta a los recuerdos donde todo comenzó, la vulnerabilidad está a flor de piel, la sensación de volver a los lugares donde colapsé, se siente tan real como si estuviera ahí de nuevo. La verdad es que todo sigue igual, la que inició la transformación fui yo.
Un día decidí retomarme, reencontrar la perspectiva, despertar la conciencia y darle un significado nuevo a mi vida; me aleje para olvidar y a lo lejos me encontré, a la distancia conocí el amor, comprehensión y paciencia que siempre había buscado en los lugares y personas equivocadas con tanta desesperación.
En la fragilidad encontré la fuerza, en la vulnerabilidad mi valor, en mi indecisión la valentía para enfrentarme a mis sombras y en la oscuridad, apareció la luz.
Fue justo ahí donde no había más dónde ir, cuando descubrí el único lugar que me quedaba, me miré al espejo y contemplé el caos, me observé con compasión y dolor, miré mis ojos negros, me abracé muy fuerte y emprendí el vuelo hacía el autoconocimiento.
Lo mejor de tocar fondo es lo que sucede después de haber aprendido lo que la vida tenia para enseñarme, elevarme hacia la superficie para conocer la sensación más gloriosa de todas: la libertad.
La soledad y distancia llegaron a mi en la forma menos esperada y más necesaria, ha sido tan enriquecedor el aprendizaje, tan vulnerable la conciencia y tan satisfactorio el proceso.
Fue así como tuve que volar hasta el otro lado del mundo para encontrar, lo que siempre había llevado dentro.
Esta es para mi la historia de amor más grande y la que con mucho dolor y orgullo hoy plasmo en palabras con lluvia en ojos negros, con el corazón más fuerte y la conciencia más despierta.
Historia basada en crisis, caos, depresión, dolor y mucho aprendizaje. Si esta historia se pudiera materializar se vería así:
Rain in your black eyes – Ezio Bosso
Dejo aquí la historia detrás de cámaras de este increíble performance.
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