Espero entiendas lo que quiero decir, tampoco es que me importe mucho en realidad, hemos llegado al punto donde ya todo da igual. Sabemos de tu convicción, tu coraje y la valentía para sobreponerte a la adversidad, pero nada de eso importa, la vida real se mide en hechos, en números y en ceder tu libertad a los de arriba, verás, hay cosas que tienes que saber primero. Ojalá te lo curres tanto que ahorres lo suficiente para vivir en el país de destino.
Espero que encuentres el amor y que este sea tu pasaporte “hasta que la visa los separe”. Espero tengas paciencia para completar los requisitos de vivir haciendo las cosas “bien”. Espero tengas una familia acaudalada que te pueda proveer con transferencias jugosas mensuales, mientras disfrutas del turismo en la ciudad. Ojalá tus títulos académicos sean suficientes para que aportes valor a los números de la compañía y alguien apueste por ti.
Un día se te acabará el tiempo, el dinero, la paciencia y ¿sabes qué? No hay visas para la gente buena, ¿Acaso importa perder el tiempo en sentimentalismos? Te va a parecer como si el único error fuera haber nacido en el país equivocado o empeñarte en seguir en donde parece que no te quieren, y si, así es como funciona. En las leyes de los hombres, si tienes con qué, paga, que eres rentable para el sistema, y si no, que te den, hay miles más haciendo cola para vivir “el sueño”, pero no te preocupes, siempre que te hartes o te fastidies puedes regresar de donde viniste y acabará todo este lío o tal vez iniciará un lamento nuevo.
–Bienvenida, este es el falso mundo en donde la pose queda genial en fotos, pero se vive en la incertidumbre todos los días de tu visa–.